Tucumán, Tucumán…

Tucumán. Tucumán, el jardín de la República. Tucumán, la cuna de la Independencia. Tucumán, la tierra de Bernardo de Monteagudo y José Colombres, de Juan Bautista Alberdi y Nicolás Avellaneda, de Julio A. Roca y Gregorio de Lamadrid, de Raúl Prebisch y Mario Bravo, de Lola Mora y César Pelli, de Marcos Paz y Alfredo Poviña, de Víctor Massuh y Gabriela Massuh, de José Ignacio García Hamilton y Elvira Orphée, de Miguel Lillo y Julio Ardiles Gray, de Gregorio Aráoz Alfaro y Luis Zelarrayán. Tucumán, el de la batalla heroica. Tucumán, “sepulcro de la tiranía”, como dice la medalla con la que el general Manuel Belgrano reconoció a los tucumanos su coraje y patriotismo. Ese Tucumán, ahora humillado, denigrado, reducido al servilismo por los Alperovich, los Rojkés, los Manzur; ese Tucumán, el de la ciudad más moderna y dinámica del norte argentino, tiene este domingo la oportunidad de reaccionar. Que en nombre de su historia, no la desaproveche. –S.G.

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