Facundo Cabral, el hombre que supo convertir la abrumadora experiencia de su vida en canciones, que proclamó por convicción el valor supremo de la paz y del amor, el hombre “capaz de hacer creer en Dios a los ateos”, cayó acribillado por unas balas azarosas que se le cruzaron en el camino en una tierra extraña.
Este trovador trashumante, que no se sentía ni de aquí ni de allá, que recorrió literalmente el mundo entero con su guitarra y una sed inagotable de vivir, aprender y contar, encontró la muerte en un momento y lugar que no había entrado en sus cálculos, a la madrugada, sobre el bulevar que conduce al aeropuerto de Guatemala.
El episodio choca por lo absurdo, violento, desagradable, pero al fin y al cabo ninguna muerte es bella, y ésta tal vez haya sido la lección que recibió Cabral en el momento extremo. Ya había aprendido que tampoco la vida es bella, y que vivir, en todo caso, es luchar por embellecerla. El relato de esa lucha es lo que ofrecía a su público, en música y palabras. Continuar leyendo “Facundo Cabral (1937-2011)”