El ejercicio de cualquier actividad social supone un riesgo: afrontar el juicio de los demás. El docente que se planta frente a su clase, el cirujano que empuña el bisturí, el músico que pulsa su instrumento, el periodista que escribe una nota, el carpintero que pule una mesa, saben que en ese acto se pone en juego su arte.
La respuesta llegará en forma de aplauso o abucheo, y hacerse cargo de esa respuesta, a veces injusta, forma parte del oficio.
Dirigir la selección nacional de fútbol es una actividad social, sobre la que se ciernen múltiples miradas dado el atractivo que ese deporte tiene entre el público. Como en el caso de una orquesta, esas miradas pueden detenerse en algunos de los ejecutantes, pero se centran sobre todo en el director, en el que tiene la batuta. Continuar leyendo “Hacerse cargo”