¿Qué fue de los cerdos capitalistas?

Por Pat Buchanan *

“Hay pocas ocupaciones más inocentes para un hombre que la de hacer plata”, sostenía Samuel Johnson según su afamado biógrafo James Boswell. Los clientes del finado Bernie Madoff podrían disentir, sin embargo, con esa afirmación. Durante cuatro décadas, Madoff, aclamado como el mayor estafador de la historia, condujo un esquema Ponzi que despojó a 40.000 personas, incluidos sus amigos cercanos, de 65.000 millones de dólares.

Pero si “hacer plata” es una de las vocaciones más inocentes, los Estados Unidos exhiben una cuota más que razonable de excelentísmas personas que sobresalen en ella. Según la 35ª nómina anual de milmillonarios [los que poseen más de 1.000 millones de dólares] compilada por la revista Forbes, el año pasado asistimos a una explosión demográfica. Unos 660 milmillonarios nuevos elevaron el recuento a un total de 2.755. Y más de uno de cada cuatro es norteamericano.

Según Forbes, el hombre más rico del mundo es Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño del Washington Post, con 177.000 millones. Es el cuarto año consecutivo en el que Bezos encabeza la lista. Su fortuna supera el PBI completo de casi 150 naciones. Directamente después de Bezos aparece Elon Musk, gerente general de Tesla, cuya fortuna ascendió a los 151.000 millones. En el cuarto y quinto puesto se ubicaron Bill Gates, cofundador de Microsoft, con 124.000 millones, y Mark Zuckerberg, de Facebook, con 97.000 millones.

“Como clase, los milmillonarios agregaron el año pasado a su fortuna ocho billones de dólares [trillones en inglés], para llevarla a un total de 13,1 billones”, dice el Washington Post. “Los Estados Unidos tuvieron el mayor número de milmillonarios, 724, extendiendo un rápido aumento de la riqueza que no se observaba desde la época de los Rockefeller y los Carnegie, hace más o menos un siglo. China, incluyendo a Macao y Hong Kong, exhibió el segundo mayor número de milmillonarios: 698”.

Esta triplicación de la riqueza de los milmillonarios del mundo, junto al aumento de su número en un 30%, se produjo en un año en el que los Estados Unidos y Occidente todo soportaron la peor pandemia en un siglo y el peor colapso económico desde la Gran Depresión. “Si bien la mayoría de las personas más ricas del mundo prosperó durante la pandemia, gracias en parte al precio de las acciones”, escribe el Post, “millones de estadounidense debieron lidiar con la pérdida de empleos, la inseguridad alimentaria, las deudas, los desalojos y la pobreza.”

Pregunta: ¿Dónde estallaron las protestas?

En ocasiones similares del pasado, cuando los ricos se volvían más ricos mientras los pobres y la clase trabajadora mordían el polvo, solían escucharse los vituperios de los populistas, ecos de los “malvados de grandes fortunas” de Theodore Roosevelt y de las “fuerzas de la codicia enquistada” de Franklin D. Roosevelt. Pero el informe de Forbes sobre la explosión demográfica de milmillonarios durante 2020 pasó mayormente desapercibido.

Los perros no ladraron. ¿Por qué no ladraron?

Una razón: Más allá de lo que uno pueda pensar acerca de Bezos, en 2020 Amazon resultó indispensable para hacer llegar alimentos y medicamentos a decenas de millones de norteamericanos que, en razón de las cuarentenas, dependieron de tales entregas para su supervivencia. Uno no castiga a quienes le acercan la comida y los remedios.

Pero, además, el club de los chicos milmillonarios encontró la manera de hacer que su inconcebible riqueza resulte hoy aceptable, congraciándose con sus antiguos enemigos. Se trata de armar una fundación libre de impuestos, dotarla con miles de millones de dólares, convocar a los progresistas para que integren su junta directiva y, con salarios astronómicos, la manejen y distribuyan sus fondos para financiar las causas progresistas. La manera de reducir el resentimiento de la izquierda contra la gran acumulación de riqueza privada es arrojarle un pedazo.

No debe sorprender que el impuesto a la riqueza de Elizabeth Warren duerma en algún cajón.

Sea como fuere, lo lograron. Los capitalistas más exitosos de los Estados Unidos aprendieron la lección que anteriores generaciones de capitalistas ignoraron: cómo preservar su riqueza, sus privilegios y su poder económico, y evitar calificaciones despectivas como la de “cerdo capitalista”.

Sin embargo, de mayor interés, e importancia, es el hecho de que la China del nuevo gran timonel Xi Yinpín, una dictadura comunista de partido único, coexista con centenares de milmillonarios chinos. ¿Qué habrían dicho Marx, Lenin, Stalin, o el Mao de la revolución triunfante en 1949, que lanzó a su país a la Gran Revolución Cultural Proletaria de los 60 y los 70, acerca de los oligarcas y plutócratas chinos, cada uno de los cuales posee una riqueza superior por lo menos a los mil millones de dólares?

Políticamente, China sigue gobernada por un riguroso régimen comunista. Pero la desigualdad de riqueza existente hoy entre los trabajadores pobres y la clase media por un lado, y los acomodados y los ricos por el otro, habría sido anatema para los revolucionarios que fundaron la China comunista.

¿Acaso China conduce una economía capitalista a fin de generar la riqueza que consolide el control del Partido Comunista sobre la nación y le permita incrementar el poder económico, militar y geoestratégico hasta que logre desplazar a los Estados Unidos como la primera potencia de la tierra? Por lo menos, eso es lo que parece.

Uno se pregunta si China ha encontrado la fórmula para alcanzar el predominio mundial que no pudo encontrar la Unión Soviética de Stalin, Jruschov y Brezhnev: usar el capitalismo de estado y los incentivos del mercado para acumular la riqueza económica capaz de elevarla a un nivel de poder que la convierta indiscutiblemente en la primera nación de la tierra. ¿Son los milmillonarios chinos la gallina que le pone los huevos de oro al Partido Comunista Chino? ¿Se está alterando la doctrina comunista para acomodar al país comunista más exitoso de todos?

* Ex asesor de los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 y 1996. Su último libro es Nixon’s White House wars: The battles that made and broke a president and divided America forever.

© Patrick J. Buchanan.
Versión castellana y notas © Gaucho Malo.

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1 opinión en “¿Qué fue de los cerdos capitalistas?”

  1. Nada nuevo bajo el sol. Los muy socialistas jerarcas de los distintos comunismos siempre vivieron en medio de un lujo digno de reyes. Los actuales déspotas no son tan burros como sus antecesores. Los milmillonarios buscan no ser esquilmados a través de fundaciones y distintos trucos que iran inventando, siempre en defensa propia. Por la plata baila el mono. Debemos tener en cuenta que esas fortunas tan siderales se basan en valuaciones accionarias siempre fluctuantes y de difícil comprobación.

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