Por Pat Buchanan *
“El liberalismo se ha vuelto obsoleto… (Los liberales) sencillamente ya no pueden dictarle nada a nadie, como intentaron hacer en las últimas décadas”. Esto fue lo que Vladimir Putin le dijo sin rodeos al Financial Times en vísperas de una reunión del G-20 que pareció validar su tesis.
Reparemos en quién acaparó la atención en la cumbre de Osaka.
El acontecimiento principal fue la reunión que mantuvo Trump con el líder chino Xi Yinpín y el acuerdo entre ambos para reanudar las conversaciones sobre comercio. Xi maneja un archipiélago de campos de detención donde a los musulmanes uigures y a la minoría kasaja China les “corrige” coercitivamente la mente.
También la prensa centró su atención en la reunión de Trump con Putin, en la que en tono en tono divertido le reclamó al presidente ruso que no volviera a entrometerse en las elecciones de 2020. Los dos bromearon sobre el fastidio de una prensa que constantemente genera noticias falsas.
En el momento de la foto en grupo, se vio a un Trump sonriente mientras estrechaba las manos del príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman, quien según la inteligencia norteamericana ordenó el asesinato del columnista del Washington Post Yamal Jashogui. Trump describió al príncipe como “un amigo” que está haciendo “un trabajo espectacular”.
De allí Trump partió hacia Seúl, viajó hasta la zona desmilitarizada, y cruzó a Corea del Norte para estrechar la mano de Kim Jong Un, que encabeza un estado policial sin rivales en cuanto a represión. Es probable que las negociaciones con Kim sobre armas nucleares se hayan reencaminado.
Otros líderes del G-20 presentes en Osaka fueron el nacionalista hindú Narendra Modi, de la India, y el presidente Recep Erdogan, de Turquía, que ha enviado a la cárcel a decenas de miles de personas tras un intento de golpe en julio de 2016.
En su entrevista con Lionel Barber, del Financial Times, Putin se mostró a la vez como analista y partidario del nacionalismo y el populismo que parecen destinados a ocupar en Occidente el papel que tuvo el liberalismo en el siglo XX.
¿Por qué declina el liberalismo? Las causas son varias, dijo Putin. Entre ellas, su incapacidad para hacer frente a la crisis de la época: la inmigración masiva y descontrolada. Putin elogió los esfuerzos de Trump para asegurar la frontera estadounidense. “El liberalismo se ha vuelto obsoleto. Ha entrado en conflicto con los intereses de la abrumadora mayoría de la población”, dijo. “La ideología liberal supone que los inmigrantes pueden matar, saquear y violar impunemente porque sus derechos como migrantes deben ser protegidos”. Putin deploró la decisión adoptada por la canciller alemana Angela Merkel en 2015 de recibir en Alemania un millón de refugiados de la guerra civil siria.
Sus comentarios se conocieron mientras diez candidatos demócratas alzaban sus manos, en el segundo debate para las primarias presidenciales, en apoyo a la propuesta de que ingresar ilegalmente a los Estados Unidos debería dejar de ser un delito, y que quienes lograran hacerlo deberían recibir atención médica gratuita.
Putin también cree que los excesos sociales del multiculturalismo y el secularismo en Occidente representan un fracaso del liberalismo. En la misma semana en que una multitud celebraba con demostraciones y desfiles el 50º aniversario del “levantamiento” (como ahora lo llaman) de Stonewall en Greenwich Village, Putin declaró: “¿Acaso hemos olvidado que todos nosotros vivimos en un mundo basado en los valores bíblicos? No trato de insultar a ninguno de quienes nos han condenado por nuestra supuesta homofobia. No tenemos problemas con las personas LGBT. Dios no lo permita, que vivan como quieran. Pero algunas cosas nos parecen excesivas. Ahora pretenden que los chicos pueden asumir cinco o seis géneros.”
Elton John se declaró “profundamente molesto”.
Putin no se retractó: “Que todos sean felices… Pero no se debe permitir que estas cosas eclipsen la cultura, las tradiciones y los valores familiares tradicionales de millones de personas que constituyen la mayoría de la población.”
Putin llegó al poder hace dos décadas, cuando comenzaba este siglo XXI. En los últimos años se ha proyectado no sólo como un enemigo del liberalismo sino como un campeón del populismo, el tradicionalismo y el nacionalismo. Y no teme exponer sus opiniones acerca de la política estadounidense. Acerca de Trump, Putin dice que “es una persona talentosa que sabe muy bien lo que sus votantes esperan de él… Trump vio cómo lo trataban sus opositores, y advirtió cambios en la sociedad norteamericana.”
Al recordar su propio comentario acerca de que el colapso de la Unión Soviética había sido la mayor tragedia del siglo XX, Putin dijo que la tragedia no había sido la muerte del comunismo sino la desintegración de la Federación Rusa en 15 naciones separadas. La tragedia fue la “dispersión de rusos étnicos” en todos los estados recientemente independizados, sucesores de la Unión Soviética. “Unos 25 millones de rusos étnicos se encontraron viviendo fuera de la Federación Rusa… ¿No es eso una tragedia? ¡Enorme! ¿Y las relaciones familiares? ¿Los empleos? ¿Los viajes? Fue todo un desastre.”
¿Qué se puede decir de Putin?
Que no es un Stalin, ni un ideólogo del comunismo, sino más bien un nacionalista ruso que persigue el regreso de su pueblo disperso a la Madre Patria, y que, convencido de que su país es una gran potencia, no quiere a la OTAN acampada frente a su jardín. Si bien tenemos cuestiones pendientes con él, como el control de armas, Irán y Venezuela, también tenemos el interés común de evitar una guerra con esta nación poseedora de armas nucleares, como lo tuvimos con el mucho más amenazador Imperio Soviético durante la guerra fría.
* Ex asesor de los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 y 1996. Su último libro es Nixon’s White House wars: The battles that made and broke a president and divided America forever.
© Patrick J. Buchanan.
Versión castellana y notas © Gaucho Malo.