¿Cuántas veces dijimos en este sitio que las familias mafiosas que se apoderaron de la Argentina estaban buscando reemplazo para un kirchnerismo que ya no les servía? ¿Y cuántas veces dijimos que Sergio Massa era el delfín de esas mafias? Como si no bastaran para respaldar esas aseveraciones la presencia de Ignacio de Mendiguren o el merodeo de Eduardo Duhalde, Carlos Pagni nos cuenta esto en La Nación: “No sólo el peronismo se ha puesto en busca de un candidato que le permita cambiar de piel dejando atrás la etapa Kirchner. Algunos empresarios que hicieron negocios con el poder en estos años ensayan la misma transfiguración. El caso más sorprendente, tal vez, sea el de Sebastián Eskenazi. Los Eskenazi se quedaron con la cuarta parte de YPF, casi sin poner dinero, por una orden de Néstor Kirchner. Y el ex presidente justificó su prodigioso enriquecimiento consignando créditos que le extendió esa familia. Eskenazi se alejó de YPF por una puerta lateral cuando la Presidenta estatizó las acciones de Repsol. Y desapareció de la escena. Ahora promete regresar, confiado en el triunfo de su amigo Sergio Massa. Ya dio el primer paso celebrando su cumpleaños”. Lazos familiares.