La hora de Biden

Por Pat Buchanan *

Tal vez Joe Biden no sea un socialista radicalizado, pero ha puesto en escena la mejor imitación que este cronista haya visto en mucho tiempo. Después de haber sancionado en marzo, sin un solo voto republicano en el Congreso, un paquete de ayuda por Covid de 1,9 trillón [estadounidense] de dólares, Biden propuso un programa de empleo e infraestructura de 2,2 trillones. Ahora le sumó un “Plan para las familias norteamericanas” de otro 1,8 trillón. En su discurso ante las dos cámaras del Congreso, Biden detalló su contenido. El Washington Times lo describió así: “El último paquete de gastos de Biden incluye 225 billones para el cuidado infantil, 225 billones para un programa nacional de licencias familiares y médicas, 200 billones para jardines maternales universales y 109 billones para dos años de estudios preuniversitarios gratuitos para todos.” 1

Aunque el gasto total de 6 trillones de dólares previsto por Biden se extiende a lo largo de varios años, representa un manotazo a la riqueza nacional equivalente al 30% del PBI, comparable al New Deal de Franklin D. Roosevelt y a la Great Society de Lyndon B. Johnson.

Al cumplir sus primeros cien días en el cargo, nuestro presidente más anciano pretende convertirse en un mandatario progresista y transformador al estilo de FDR, y ha apostado su presidencia a que puede salirse con la suya.

Ahora, ¿de dónde piensa Biden sacar el dinero que solvente este gran salto adelante 2 de su gobierno? Biden pretende elevar en un tercio el impuesto a las corporaciones hasta llevarlo al 28%, aumentar el impuesto a las ganancias personales al 40%, duplicar el impuesto a la renta financiera hasta el 40%, e incrementar los impuestos a la herencia con la intención de promover un reparto más equitativo de la riqueza en los Estados Unidos.

Para lograr ese propósito, sin apoyo republicano en ninguna de las dos cámaras del Congreso, Biden necesitaría un partido sólidamente unido en la cámara baja, y un partido monolítico en el Senado, donde el margen de los demócratas se reduce al voto de desempate de la vicepresidente Kamala Harris.

Durante la segunda vuelta electoral del año pasado para dirimir las dos bancas senatoriales de Georgia, el senador Chuck Schumer alardeó: “Ahora nos quedamos con Georgia, y después cambiamos el mundo”. Esta es una descripción muy apropiada de lo que está sucediendo. Schumer y Nancy Pelosi 3 se proponen aprovechar la ventana de oportunidad que les ofrecen sus márgenes mínimos en el Capitolio para “cambiar el mundo”.

Para sancionar sus programas de infraestructura y familia Biden va a tener que moverse con rapidez. Sin embargo, la oportunidad puede ser auspiciosa. Porque hay una sensación de optimismo en el país. El PBI estadounidense creció 6,4% en el primer trimestre de 2021. Estamos emergiendo de la caída libre económica del 2020 y de la pandemia que la produjo. Los contagios, internaciones y fallecimientos por Covid son apenas una fracción de lo que fueron en el pico de la pandemia. La vacunación, aunque con menos ímpetu, avanza por millones cada día. Y todos esos miles de millones de dólares federales derramados en la economía van a lograr que decenas de millones de norteamericanos se sientan mejor. Aunque la audiencia que siguió por televisión el discurso del presidente tuvo un sesgo demócrata, el 85% de aprobación que le atribuyó una encuesta, junto al 75% que dijo que se sentía más optimista respecto del país, sugiere que éste es el momento de Biden.

¿Y los republicanos?

Si bien hay elementos en el proyecto de Biden respecto de la infraestructura que el GOP podría apoyar -fondos para ferrocarriles, puentes, aeropuertos, banda ancha-, los demócratas difícilmente acepten recortar el gasto social en los planes de Biden para conseguir votos republicanos. Y, aun a pesar de la popularidad de algunas de las propuestas de Biden, es difícil ver cómo un partido que hasta no hace mucho predicaba el evangelio del gobierno mínimo y el presupuesto equilibrado podría darle su apoyo a muchas de estas iniciativas.

Jimmy Carter dijo en [la Universidad de] Notre Dame en 1977 que los norteamericanos habíamos superado nuestro “extravagante temor del comunismo”. ¿Los republicanos del partido de Coolidge y Reagan habrán superado su extravagante temor por los déficits, la deuda y la inflación?

Los demócratas tienen los votos como para impedir que los republicanos corrijan, de la manera que a los demócratas no les gusta, el gasto social y en infraestructura previsto. Los republicanos, al parecer, no tienen otra opción que pelear para reducir las cuentas de esos proyectos y, si fracasan en el intento, abortarlos. Las cosas parecen apuntar en ambas cámaras hacia un voto por sí o por no sobre los planes de Biden, y al día de hoy los demócratas parecen tener la mano ganadora.

Sin embargo, hay que recordar. Después de que LBJ consiguera el mayor apoyo electoral desde FDR y lanzara en 1965 su plan de la Great Society, perdió 47 bancas legislativas en 1966. Y, cuando la presidencia de Johnson se vino abajo por obra de Vietnam, el delito rampante y los disturbios, los republicanos se impusieron en cinco de las seis contiendas presidenciales siguientes.

Además, hay un riesgo real para el país en esos gastos masivos de Biden: un déficit que excede el trillón de dólares, una deuda nacional más grande que la economía nacional que crece inexorablemente, una Reserva Federal la maquinita día y noche en actividad para producir los billetes que devuelvan el pleno empleo a la nación.

Esta es la hora de Biden. La cuestión es saber cuánto dura.


* Ex asesor de los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 y 1996. Su último libro es Nixon’s White House wars: The battles that made and broke a president and divided America forever.

© Patrick J. Buchanan.
Versión castellana y notas © Gaucho Malo.

  1. Community college, algo parecido pero no igual al Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, con materias que pueden sumarse al currículo de diversas carreras, y que incluye a veces algún tipo de salida laboral. []
  2. Alusión irónica al “Gran salto adelante” del líder chino Mao Zedong, un programa de transformaciones económicas y sociales lanzado en la década de 1960. []
  3. Los jefes de las bancadas demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente. []

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