Axel Kicillof & Wile E. Coyote

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La historia sugiere que desde pequeño Axel Kicillof quedó impactado por los dibujos de Wile E. Coyote, el personaje animado que ensaya mil y una tretas para almorzarse a un escurridizo pajarraco conocido como el Correcaminos, pero ni su astucia ni los elaborados recursos a los que apela le permiten cumplir su objetivo. Wile E. Coyote era el ícono que identificaba en la Facultad de Ciencias Económicas a Tontos pero No Tanto (TNT), el grupo con el que Kicillof le amenizaba la vida en la política universitaria al oficialismo de Franja Morada, antiguo almácigo de dirigentes radicales. Como Kicillof no parece haber superado el espíritu de la estudiantina, sorprende poco comprobar que aquellos dibujitos siguen vivos en su imaginación. En su última conferencia de prensa dijo que los fondos buitre “van a comprar a Acme las trampas, las dinamitas” para tratar de doblegar a la Argentina en el pleito por la deuda. Acme era el proveedor habitual de las armas y artefactos que usaba el Coyote para atrapar al Correcaminos.

Tal vez Axel no sepa que mucho antes de que él naciera, Wile E. Coyote estaba obsesionado por hacerse un guiso con Bugs Bunny, conocido entre nosotros como el Conejo Bugs, o el Conejo de la Suerte. En esa época el Coyote se presentaba a sí mismo como genio o supergenio, hablaba con acento afectado, y representaba el fracaso del intelectual libresco y arrogante frente al pícaro educado en la universidad de la calle. En la película To hare is human, de 1956, ambos mantienen un diálogo que fácilmente podrían sostener hoy Kicillof y el astuto Paul Singer. Al ministro no le vendría mal repasarlo. En la escena, el Coyote-Kicillof tiene a Bugs-Singer en la bolsa, y está absolutamente seguro de que se lo va a merendar:

Bugs Bunny: Eh, doctor, ¿qué tienes en esta bolsa?
Wile E. Coyote: Ah, caramba. Cuánto lo siento. Uno debe ser amable, incluso con su merienda.
Bugs: ¿Merienda?
Coyote: Permíteme presentarme. Mi nombre es Coyote. Wile E. Coyote, genio.
Bugs: Tienes cerebro, ¿eh? Vamos, eso en cualquier momento puede resultarte útil.
Coyote: Bueno, sí, tiene sus ventajas. Por ejemplo, hace un momento me preguntaste qué tenía en la bolsa, y supuestamente yo debía decir “Un conejo”, a lo que me ibas a responder “¿Qué piensas hacer con él?”. Entonces yo debía seguir con algo estúpido, lo que te iba a permitir replicar algo muy ingenioso, y así una y otra vez. Cuando a esta altura los dos sabemos muy bien que en la bolsa no hay nada.
Bugs (Que ya salió de la bolsa): ¿De veras? No quisiera refutar a un genio, doctor, pero… pero algo hay.
Coyote (Con una risita): Bueno… (Mira dentro de la bolsa, algo estalla y le chamusca la cara)

Coyote (Ya curtido de tantas explosiones, aludiendo a Bugs): Pobre tipo. Tuvo su oportunidad. Ahora que se atenga a las consecuencias.

Cabe aquí la advertencia de todas las películas: cualquier parecido con la realidad… –S.G.

 

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