He leído ésta sinopsis varias veces. No hay nada tan difícil como escribir una sinopsis, porque hay que saber muchísimo y tenerlo todo muy digerido y ordenado.
En el recorrido del texto se puede apreciar, como en una película (siempre que uno tenga memoria, claro) cómo se construye esa amalgama inestable que es el peronismo, esa trenza, y cómo se desteje y se vuelve a trenzar cambiando el orden de las hebras, eliminando alguna y haciendo entrar a otra…
Esta es labor de historiador y, por cierto, no tiene nada, pero nada que ver con los “relatos” políticos.
Tan tempranamente cómo en 1991, Pablo Giusiani escribió un librito memorable: Menem y su lógica secreta, donde hay, también, una investigación amplia y detectivesca, muy esclarecedora.
Hasta ahora, no logré que nadie leyera su reseña; todos “saben” qué es el peronismo. Pero, me parece que ya nadie sabe qué es el peronismo: su identidad política es un fantasma y cada uno ve lo que le viene en mente, casi siempre un estereotipo.
He leído ésta sinopsis varias veces. No hay nada tan difícil como escribir una sinopsis, porque hay que saber muchísimo y tenerlo todo muy digerido y ordenado.
En el recorrido del texto se puede apreciar, como en una película (siempre que uno tenga memoria, claro) cómo se construye esa amalgama inestable que es el peronismo, esa trenza, y cómo se desteje y se vuelve a trenzar cambiando el orden de las hebras, eliminando alguna y haciendo entrar a otra…
Esta es labor de historiador y, por cierto, no tiene nada, pero nada que ver con los “relatos” políticos.
Tan tempranamente cómo en 1991, Pablo Giusiani escribió un librito memorable: Menem y su lógica secreta, donde hay, también, una investigación amplia y detectivesca, muy esclarecedora.
Hasta ahora, no logré que nadie leyera su reseña; todos “saben” qué es el peronismo. Pero, me parece que ya nadie sabe qué es el peronismo: su identidad política es un fantasma y cada uno ve lo que le viene en mente, casi siempre un estereotipo.