1 opinión en ““El Olimpo vacío””

  1. En efecto, Sebrelli siempre fue muy engreído. Su libro sobre el arte contemporáneo es una auto-radiografía que demuestra lo poco sensitivo y perceptivo que es. Un cierto monto de narcisismo es necesario; un exceso conduce a la pobreza (“miseria” se diría, satreanamente, en la época en que Sebrelli nos regaló “Bs. As. Vida cotidiana y alienación”, el primero y, quizás, el mejor) del libro que usted comenta.
    Pero vale la pena leerlo, con manejo de la distancia.
    “Los deseos imaginarios del peronismo”, fue un gran aporte en su momento.

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