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3 opiniones en “Los motivos del golpe”

  1. Nadie parece recordar las palabras de Ricardo Balbín cuando dijo en 1976, “Aunque sea con muletas hay que llegar a las elecciones”.
    Difícil creer en lo que dice Yofre que Balbín propiciara el golpe militar.
    Yo, confieso, aplaudí la toma del gobierno por las FFAA, tal era el caos en que había caído el país, la incapacidad de la presidente Isabelita era notoria y los crímenes de la subversión seguían en aumento. No podía imaginar que las FFAA cometieran las atrocidades que ahora conocemos ni que la política económica fuera tan perversa. El peronismo va acumulando daños de todo tipo gobierno tras gobierno. Es de esperar que en esta nueva elección el pueblo argentino lo tenga en cuenta a la hora de votar.

    1. Balbín quería que M. E. Martínez renunciara y, siguiendo una larga tradición partidaria, no tenía problemas con los golpes militares: “Todos los moribundos tienen cura cinco minutos antes de la muerte”, dijo, o algo así, cinco minutos antes del golpe. Muchos radicales ocuparon intendencias y otros cargos menores en el nuevo gobierno. A la luz de lo que vino después, la “incapacidad” de la ex presidente debería ser reconsiderada.

      1. Es cierto que muchos funcionarios radicales conservaron sus puestos durante el Proceso Militar. En los pueblos chicos del interior, adonde no se habían sufrido atentados ni ejecuciones de la subversión, adonde sí se sufrían los malos precios de la producción del campo y donde los intendentes locales habían sido elegidos poco tiempo antes, no molestaba que el intendente continuara en el cargo. El gobierno militar había sí anulado los Concejos Deliberantes, por lo que las decisiones del ejecutivo estaban controladas por algún funcionario provincial nombrado por las FFAA. Era poderoso el temor a la acciones de la subversión, que aunque lejana, se conocía por los medios. No se puede reprochar al radicalismo del interior que no se opusiera a la presión militar. Las torturas y las desapariciones eran algo desconocido aún.
        Coincidió en mi pueblo, Italó, muy al sur de la provincia de Córdoba el centenario de la fundación del Fortín que había sido la punta de la “Zanja de Alsina” que llegaba hasta Bahía Blanca.
        Ese fortín estuvo a cargo del Regimiento de tanques de Magdalena.
        Se invitó al regimiento al festejo. Año 1976.
        Acudieron con banda de música y soldados con uniformes de época.
        El pueblo entero los recibió, los alojamos en nuestras casas y nos emocionamos durante los desfiles junto a las ruinas del viejo fortín.
        Las noticias sobre las acciones militares contra la guerrilla eran bien recibidas por la población.
        El Juicio a las Juntas, realizados a instancias del otro gran radical Raúl Alfonsín, nos abrió lo ojos al enterarnos del horror de como habían actuado aquellos militares que aplaudimos.

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