Jueguitos

Eduardo Fidanza es una persona inteligente, un observador agudo y generalmente ecuánime de la vida política argentina. Este sitio habitualmente recomienda sus columnas de los sábados en La Nación. Incluso lo ha hecho hoy, cuando esa columna contiene una injusta, inmerecida inclusión de Elisa Carrió entre los políticos “leves”, “farsantes”, que no dudan de hacer piruetas inconcebibles con tal de posicionarse mejor frente una elección. Como el ejemplo del día: Sergio Massa ungido campeón de la Constitución por bula de Roberto Lavagna. A Carrió se la puede acusar de muchas cosas, incluso de las torpezas políticas como las que Fidanza menciona en su nota. De lo que no se la puede acusar es de volubilidad política, de insustancialidad. En realidad, Fidanza parece resentido porque Carrió denunció que la empresa que dirige, la encuestadora Poliarquía, se prestó hace varias semanas y con cifras harto sospechosas al jueguito del establishment para instalar la candidatura de Sergio Massa. Poliarquía no refutó esa acusación.

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