Así es: los argentinos llevamos en nuestra sangre ese LEGADO indeleble de una España señera y de una Italia entrañable. Si miramos con cierta agudeza, comprobaremos que los ENEMIGOS de ese legado son ELLOS, los que SE AUTOPERCIBEN como ESCOGIDOS de un FALSO “dios” destructor. Por eso: debemos ser GLADIADORES de nuestra ESENCIA y de nuestra FE. Gracias, Santiago, por tu bella reflexión. Un saludo mendocino.
Así es: los argentinos llevamos en nuestra sangre ese LEGADO indeleble de una España señera y de una Italia entrañable. Si miramos con cierta agudeza, comprobaremos que los ENEMIGOS de ese legado son ELLOS, los que SE AUTOPERCIBEN como ESCOGIDOS de un FALSO “dios” destructor. Por eso: debemos ser GLADIADORES de nuestra ESENCIA y de nuestra FE. Gracias, Santiago, por tu bella reflexión. Un saludo mendocino.
El autor de la nota es Bernardino Montejano.